miércoles, 30 de abril de 2014

Adolescentes con complejos

Claves para ayudarles a superarlos

La pubertad es la época de la aparición de los complejos físicos. Casi no hay adolescente que se libre de ellos. Unos se sienten mal porque son bajos, otros porque son demasiado altos, otros porque están delgados o por el contrario porque están gordos o porque tienen granos o porque creen que tienen la nariz, el trasero o los pechos demasiado grandes. Casi cualquier excusa es válida para sentirse mal o diferente.
Que los primeros años de la adolescencia sean los más proclives a la aparición de esas inseguridades es normal. En ese momento efectivamente el cuerpo de chicas y chicos está sufriendo cambios tremendos. Los varones se vuelven más musculosos y las chicas acumulan grasa. A la inmensa mayoría de los adolescentes les salen granos y también les crecen la nariz o las orejas. Sus cuerpos están pasando de la infancia a la edad adulta y ese es un proceso en el que a veces se producen algunos “desajustes estéticos”, por ejemplo una nariz más madura en un rostro aún de niño.
Inseguridad emocional
A esos cambios físicos se unen grandes cambios emocionales. Chicos y chicas están también viviendo el proceso que les llevará a su madurez psicológica. Y ello unido a los profundos cambios hormonales provoca sus continuos cambios de humor, su rebeldía y su inseguridad.
Cuando se unen esos dos aspectos, los cambios físicos a la inseguridad emocional, se produce el caldo de cultivo ideal para la aparición de complejos.
Cuáles son los complejos más habituales
En las adolescentes la preocupación física más habitual se debe al peso. Durante la pubertad las chicas se preocupan porque la grasa se acumula en algunas zonas de su cuerpo: los pechos, las caderas y los muslos. En ocasiones esa preocupación puede convertirse en un problema muy serio si la adolescente desarrolla un trastorno de la alimentación como la anorexia.
En los chicos el problema es el contrario, lo que les suele preocupar es la falta de musculación en sus cuerpos.
Qué puede hacerse para ayudarlos
Cuando se trata de complejos sin más importancia, la ayuda principal para los adolescentes debe venir de su familia. Los padres pueden hacer mucho para que esas pequeñas preocupaciones no crezcan y se conviertan en un asunto más serio, de ese modo acabarán desapareciendo en el proceso natural de maduración.
Lo más importante que pueden hacer los padres de adolescentes para ayudarles a superar los complejos es fomentar su autoestima:
La estética no es el único valor. Es indudable que en nuestra sociedad se le da mucha importancia a la apariencia y luchar contra ello es muy difícil pero al menos hay que conseguir que chicos y chicas tengan claro que hay otros valores tan importantes o más que el físico.
La perfección no existe. Muchas veces los complejos nacen de la búsqueda de la perfección. Es muy importante que los adolescentes aprendan pronto que la perfección no existe, es solo un ideal. Y no solo eso, también deben aprender a descubrir la belleza de las imperfecciones.
Reforzar su posición ante sus amigos. La amistad es importantísima a esa edad y la opinión del grupo tiene mucho poder sobre las emociones de los adolescentes. Pero podemos enseñarles a que aprendan a reforzar su posición y defender su propio punto de vista sobre cualquier cosa, aunque difiera del punto de vista de la mayoría.
Asumir la frustración. Es importante que aprendan pronto que no todo es como ellos querrían que fuera, ni su propio cuerpo ni muchas otras cosas. Una buena tolerancia a la frustración hará de ellos adultos mucho más seguros de sí mismos.
No destacar siempre lo que hacen mal. Hay veces que los padres se enfocan excesivamente en aquello en lo que sus hijos fallan y olvidan que hay muchas otras cosas que hacen muy bien. Es importante corregirlos pero es igual de importante resaltar aquellas cosas en las que chicos y chicas son buenos. Eso les hará sentirse mejor con ellos mismos.
Cuándo buscar ayuda externa
Hay veces que el complejo tiene una base real que puede corregirse. Por ejemplo, si un adolescente no se siente bien con su cuerpo porque tiene sobrepeso será mucho mejor no obviar que realmente tiene un problema y poner las medidas para que adelgace.
En la mayoría de los casos, el complejo viene de cómo se ven ellos y no de cómo son en realidad. Por eso también puede ser bueno animar a los adolescentes a que lo consulten con su médico. Seguro que el doctor podrá demostrarles con tablas de medias que lo que a ellos les preocupa les pasa a casi todos los chicos y chicas de su edad.
Y si el complejo causa un gran sufrimiento al adolescente sí es recomendable consultar con su médico o con un terapeuta. Lo mismo que si la obsesión por alguna cuestión física puede llevar al joven hacia algún trastorno de la alimentación como la anorexia o advertimos algún síntoma de depresión.

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