viernes, 2 de mayo de 2014

Aprende a negociar con tus hijos

Una buena fórmula para evitar las imposiciones

La negociación es un arte y cuando se tienen hijos adolescentes es un mecanismo fundamental para que todo funcione con normalidad. Por eso los padres y madres de adolescentes deben aprender cómo negociar con sus hijos. Con ello conseguirán dos cosas muy importantes. Por un lado lograrán que la vida familiar sea más feliz ya que evitarán muchas discusiones y enfrentamientos. Pero, además, le estarán dando a su hijo adolescente una herramienta imprescindible para que su vida de adulto sea un éxito.
Qué es negociar
Negociar es llegar a un acuerdo con otro mediante algunas cesiones. Se negocia en todos los ámbitos de la vida, en política, en economía, con nuestra pareja. La vida está llena de negociaciones. Por eso los que mejor saben negociar son los que consiguen que sus vidas sean más satisfactorias.
Y el éxito de una negociación es que lo que damos a cambio de lo que queremos conseguir sea equilibrado y nos ofrezca suficiente compensación.

También es importante tener en cuenta que la negociación es lo contrario de la imposición. Por eso es tan importante en la vida familiar y en la educación de los hijos. Si en vez de imponer nuestras normas, las negociamos con ellos, les estaremos diciendo que los consideramos personas responsables. Es también una forma de potenciar su autonomía y su responsabilidad.
Cómo negociar con los hijos adolescentes
Para negociar con los hijos es recomendable seguir una serie de pasos:
Prepararse para la negociación. En una negociación de cualquier tipo tiene mayor ventaja quien la haya preparado mejor. Lo mismo ocurre cuando se trata de negociar con los hijos adolescentes. Antes de sentarte a hablar con tu hijo, párate a pensar qué es exactamente lo que quieres conseguir del adolescente y qué estás dispuesto a ofrecerle a cambio.
Fija tus objetivos claramente. No llegues a la negociación sin un objetivo muy claro. Tu hijo debe entender claramente qué es lo que esperas que haga y qué estás dispuesto a ofrecerle a cambio. Por ejemplo si de lo que se trata es de que llegue más temprano a casa los fines de semana, tú debes saber exactamente cuál es tu hora límite para él. Debes saber si lo que quieres es que esté en casa a las diez o que esté a la una de la madrugada. Y también debes tener clara la importancia que tiene para ti que llegue a una hora u otra. A algunos padres de adolescentes no les importa que sus hijos lleguen a casa de madrugada pero hay otros que opinan que corren más riesgos por las noches y además también muchas madres y padres no quieren pasar la preocupación que supone para cada ellos que cada noche del fin de semana sus hijos estén fuera de casa tantas horas. Al mismo tiempo debes saber qué estás dispuesto a ofrecerle a tu hijo a cambio de lo que le vas a pedir. Algunos padres, por ejemplo, prefieren que sus hijos salgan las noches del viernes y la del sábado y que vuelvan temprano a casa y otros prefieren que sea una sola noche aunque lleguen algo más tarde.
Busca el momento oportuno. Es importante sentarse a hablar tranquilamente cuando vas a negociar con tu adolescente. Por ello es imprescindible que busques un momento en el que tanto él como tu tengáis tiempo suficiente para tratar de todo aquello de lo que necesitáis hablar.
Explica claramente lo que quieres. No permitas que a tu hijo le quede ninguna duda sobre lo que esperas de él y lo que obtendrá a cambio.
Escucha a tu hijo. Él es también parte de la negociación así que escucha lo que tiene que decirte.
Sella el acuerdo. Hazle ver que se trata de un acuerdo, incluso escenifícalo: dale la mano, un abrazo o un beso según sea vuestra costumbre o incluso redacta en un papel el acuerdo para que lo firméis los dos como una especie de contrato entre ambos.

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